Por qué preocuparnos

Publicado en por ICRNORMANDIA

Cita: Mat. 6. 25-34

 

Pastor: Edgar Peña

Objetivo:   Aprender a confiar en Dios en lugar de preocuparnos.   


Introducción:

Muchas veces por alguna noticia o situación tendemos a esperar lo peor o a ver solamente el lado negativo de las cosas. Si así actuamos, perdemos nuestra productividad y felicidad. Veamos esta idea con más detalle:

Dios es el autor de la vida, ver. 25. Lo primero que debemos hacer si queremos vencer las preocupaciones, es entender que Dios es el autor de la vida y él sabe cómo sustentarla. Dice en Hech. 14. 17, que Dios nos da las lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llena de sustento y alegría nuestros corazones.

La vida humana es de más valor que el resto de las cosas creadas, ver. 26. Dios nos hizo a su imagen y esto nos distancia del resto de la creación.

La preocupación es inútil, ver. 27. Hace más daño que provecho. Es algo irracional, porque nos hace ver los problemas más grandes de lo que realmente son.

Dios no se olvida de los que dependen de él, ver. 28-30. Dios siempre nos llama en su palabra a que le obedezcamos y confiemos en él. En Heb. 11. 6 dice que Dios galardona, recompensa a los que le buscan.

La preocupación saca a relucir nuestra falta de fe y desconocimiento de Dios, ver. 31, 32. Nuestro Dios sabe qué es lo que verdaderamente necesitamos.

La verdadera preocupación, ver. 33. Dios desea que le busquemos, que le agrademos con lo que hacemos, que busquemos siempre lo recto y lo bueno cada día.

Viva cada día con gratitud a Dios, ver. 34. El vivir cada día, en lugar de afanarse por el mañana que en realidad no existe, nos libra de ser consumidos por las preocupaciones. Prov. 27. 1 dice: No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día.

 

Conclusiones y aplicaciones:

La preocupación ahoga la posibilidad de que nuestra vida sea fructífera; en lenguaje popular, no nos deja “salir adelante”. Mat. 13. 22 dice: Pero los afanes de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Además, daña nuestra salud, nos priva de pensar correctamente, merma nuestra productividad, afecta negativamente la manera en que usted trata a otros y reduce la capacidad de confiar en Dios.

Cómo puedo vencer la preocupación:

Permita que Dios trate con usted y confíe en él, ver. 32

Viva un día a la vez; y déle gracias a Dios por ese día, ver. 34

Dios ha prometido cuidarnos, si confiamos en él, Fil. 4. 6, 7; Heb. 13. 5, 6

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